sábado, 9 de enero de 2010

CONCLUSIONES JORNADAS BURLADA

En el proceso de acercamiento del PSN al sector cultural navarro, con el objetivo de analizar la actual situación, conocer sus preocupaciones y estudiar sus demandas, se ha iniciado un proceso de reflexión que tiene como objetivo la conformación de un programa electoral más ajustado a la realidad con el que el partido pretende concurrir a las elecciones municipales y forales de 2011.
Por este motivo, el miércoles 28 de octubre de 2009 se ha celebrado entre las 16:30 y las 21:00 horas, un encuentro abierto con el sector, en el que han participado creadores de diferentes campos, gestores culturales, administradores e incluso políticos otras formaciones políticas.
La jornada, que incluyó la conferencia del experto en planificación estratégica de la cultura Félix Manito, permitió realizar un diagnóstico de la situación, como paso previo al proceso de canalización de demandas, que continuará en los próximos meses. Está prevista la creación de un blog y de, al menos, una segunda jornada de carácter propositivo.
Para llevar a cabo este diagnóstico, se celebraron mesas abiertas de debate supervisadas por dos técnicos independientes procedentes de la gestión cultural. Se organizaron mediante el método DAFO, habitual en el sector para el análisis de una realidad. Éste consiste en analizar la realidad interna de una organización (o sector, o territorio) detectando las DEBILIDADES, los puntos débiles que se deben corregir como paso previo a la adopción de otras medidas, y las FORTALEZAS, los puntos fuertes del espectro analizado, lo que lo diferencia respecto a otros competidores y que pueden catapultar el desarrollo el sector. Posteriormente, se analiza el contexto externo, esto es, las AMENAZAS, los aspectos del entorno que impiden o dificultan la óptima realización de los objetivos propuestos, y las OPORTUNIDADES, los aspectos del entorno que van a favorecer el cumplimiento de los objetivos.
A continuación se resume el debate. El ordenamiento no tiene por qué significar gradación de mayor a menor importancia, aunque se subraya algunos de los elementos en que han existido más coincidencias.

DEBILIDADES.

Los agentes culturales coincidieron en el debate en apuntar como la principal debilidad de la cultura en Navarra la ausencia de planificación estratégica en las administraciones con competencias en el sector: se apuntó que no existe un Plan Integral General ni tampoco planes parciales o “libros blancos”, tampoco municipales, lo que permitiría ordenar el sector. Se recalcó que falta visión a medio y largo plazo, muchas veces se repiten año a año programaciones sin que ni administradores ni artistas ni públicos sepan muy bien los porqués y para qués, el sentido de esa actividad. Es nula la reflexión sobre lo que conviene hacer. Tampoco se ha clarificado el ámbito del Gobierno de Navarra respecto al de los ayuntamientos, con lo que se producen solapamientos.
En relación con el punto anterior, se señaló que, como no se planifica, tampoco existe un sistema de indicadores de evaluación claro y fiable para medir el éxito o impacto de las programaciones (un ciclo de teatro, una exposición, un concierto, etc.), un sistema que mida calidades y cantidades y el grado de satisfacción de los usuarios, que sea sencillo de aplicar y facilite la comparatividad (entre programas, entre localidades, entre épocas del año, entre disciplinas, etc.). Como tampoco existe un Observatorio de la Cultura para conocer impactos y tendencias, da la impresión de que en ocasiones se trabaja “a ciegas” o “por instinto” y no basándose en datos objetivables tanto para justificar una actividad como para justificar que no se lleve a cabo. Sin bases objetivas sobre las que programar, se puede tender a un “despotismo ilustrado” a la hora de decidir qué se va a ofrecer a los públicos en vez de buscar fórmulas más participativas, testando la opinión de los creadores.
La descoordinación entre Administraciones que promueven y programan cultura es manifiesta, a juicio de los presentes. Hay días y épocas del año donde la oferta está saturada, seguida de momentos donde escasea. Se considera que no hay coordinación Gobierno de Navarra-Ayuntamiento de Pamplona (que son grandes programadores) y tampoco entre el Ayuntamiento de Pamplona-Comarca de Pamplona, con sobreabundancia de oferta. Eso desconcierta a los públicos y supone derroche de recursos puesto que se solapan fechas, títulos, se programan a la vez dos espectáculos dirigidos al mismo perfil de público y luego durante meses no tiene oferta, etc.
La preocupación por los públicos es evidente entre los creadores: creen necesaria una reflexión y medidas para llegar a los que nunca acuden a ver una expresión artística (nunca entran a museos o exposiciones, una obra de teatro, un recital); también por el envejecimiento que se nota en la música clásica, la dificultad para llegar a los jóvenes y la ausencia de actividades específicas para un sector (el comprendido entre los 12/13 y los 17/18 años, que se encuentran abandonado). En este sentido, los agentes creen que, como estrategia, toda programación debería llevar incluida una partida presupuestaria específica para un programa didáctico y de captación de nuevos públicos.
También se considera una debilidad que hay que achacar a las administraciones la falta de personal técnico, especialmente en las bibliotecas y en los servicios culturales municipales (que deben trabajar en otras áreas, como juventud, deportes), lo que detrae tiempo y esfuerzos para la cultura y promoción de las artes.
Hay una percepción entre los artistas de un cierto menosprecio hacia ellos: el sector tiene la sensación de que hay una carencia generalizada de reconocimiento hacia los creadores, no se les identifica como un sector de la economía y por tanto en momentos de crisis a nadie se le plantea medidas específicas de apoyo (como sí ocurre en otros sectores de la economía). Otras autonomías apoyan más a sus creadores locales y apuestan de forma clara por la creación juvenil, los productos artísticos más innovadores y creativos, o por disciplinas como la música rock. En este sentido, faltan becas y ayudas a la formación e instrumentos para corregir situaciones (por ejemplo, se deniegan becas a actores porque aunque han cursado estudios éstos no son oficiales, pero la legalidad acaba siendo una excusa para empantanar este problema y no se buscan vías alternativas, novedosas o imaginativas para resolverlo).
Aunque el sector siempre considerará que la inversión pública en cultura es insuficiente, la preocupación no está tanto en recibir más, como en tener garantías de una continuidad en las ayudas. Hubo críticas al juego político de introducir recortes presupuestarios en las partidas “nominativas” (aquellas que reciben año a año instituciones con trayectoria y proyección), aunque luego se corrijan en el debate parlamentario. Genera confusión e incertidumbre, y cierto desgaste entre sus gestores, lo que impide otras labores (como conseguir recursos diferenciados y reducir la dependencia económica de la Administración foral). El sector coincide en defender las partidas “nominativas” como única posibilidad de planificar a medio y largo plazo, mantener personal administrativo y profesionalizar sus entidades, que han demostrado ser “solventes” a lo largo de los años. Se considera sangrantes casos recientes de recorte presupuestario, como el sufrido por la ENT.
La tramitación de subvenciones tiene perversiones e ineficiencias fácilmente corregibles con una actuación más planificada y más trabajo interno de las Administraciones. Siendo el mismo tipo de subvenciones las que se repiten año a año, las convocatorias no están preparadas a primeros de enero (algunas no salen incluso hasta junio), tardan el resolverse y muchas entidades desconocen durante toda la primera mitad del año con cuánto dinero cuentan. Hay que acelerar las resoluciones o buscar fórmulas como subvenciones por programas bi y trienales.
El sector considera que las programaciones apenas se modifican, algunas se vienen repitiendo desde hace décadas, y difícilmente surgen novedosas, y sin embargo estamos ante una sociedad que evoluciona constantemente. Se considera que algunas han quedado caducas.
Entre otras ineficiencias internas de las administraciones, se subraya la falta de optimización de las nuevas infraestructuras. Hay infraestructuras culturales sin contenido: se programa poco en ellas o no se programa en determinadas épocas. Se cita Baluarte, que ha perdido programación de verano y Navidad, y su sala pequeña apenas se utiliza. No se optimiza la inversión realizada.
No hay eventos de referencia de proyección nacional e internacional, ni eventos que identifiquen a Navarra o que identifiquen a la población navarra con el evento. No hay por tanto programación “diferencial” que atraiga a la región a públicos de otras provincias.
Las Administraciones desconocen el sector y no distinguen ni diferencian en sus programas ni en las ayudas ni en sus acciones el ámbito profesional del ámbito aficionado. Eso genera indefinición, impide el salto a la profesionalidad y es perjudicial para el establecimiento y consolidación de un tejido productivo.
Se denuncia el intrusismo de personas sin formación en gestión cultural en las Administraciones y en las entidades culturales, también en los políticos que creen que el cargo de concejal de cultura lleva aparejado el conocimiento del sector, lo que trae como consecuencia la no reflexión y planificación y el solapamiento con las funciones del gestor. Se apunta que el cambio cada cuatro años de concejal de cultura (que no suele proceder del sector ni en ocasiones tener ninguna sensibilidad) es perjudicial y se pide a los partidos más responsabilidad en la confección de las listas y en el reparto de la cartera de cultura.
Se detecta poco apoyo a los artistas que más destacan y hay fuga de talentos (evidentes en campos como la danza y la música). Eso supone de pérdida de I+D en creatividad.

El sector creativo también hizo autocrítica:

- cree que durante los últimos años ha sido individualista en exceso. Han faltado más encuentros y relaciones entre los integrantes de un mismo sector (los grupos o los creadores iban “cada uno por su lado”, a lo mejor viéndose entre ellos como rivales y competidores “a la caza de bolos, exposiciones, subvenciones”, sin conciencia de sector, sin preocuparse de lo que hacen los demás ni de sintetizar los problemas comunes). Eso ha tenido una consecuencia negativa: ausencia de asociacionismo hasta fechas muy recientes. Y, por tanto, no ha podido ejercer de “lobby”, como sí hace en otras regiones. El sector lamenta haber sido poco reivindicativo, y por tanto débil ante las administraciones o directamente ninguneado, al no tener representantes reconocidos. Reconocen haber estado “anestesiados” durante demasiado tiempo.

- En el campo de las bibliotecas, se considera una debilidad el desequilibrio actual de destinar muchos recursos a la Biblioteca General de Navarra en detrimento de la red. Se considera una debilidad que no exista un programa generalizado y coherente de alfabetización de usuarios y otro de animación a la lectura, continuado en el tiempo y que alcance a toda la red y a todos los usuarios, pues no se considera que pueda ser considerado como tal una acción aislada (tipo cuentacuentos una o dos veces al año). En este sentido, se hace autocrítica y se señala que parte del personal, quizá por su elevada edad, está desmotivado y no acepta las nuevas estrategias que modifican su actividad tradicional o sus horarios o perturban el concepto tradicional (y anquilosado) de biblioteca. También se detecta desconexión entre las bibliotecas públicas y las instituciones educativas (colegios, institutos, ikastolas, etc.). por lo que se apunta la necesidad de protocolos fijados para incrementar la relación

- El sector creativo debe mejorar sus conocimientos en gestión cultural y marketing. Debe saber venderse mejor.


FORTALEZAS.

El sector cultural cree que la región tiene ahora mismo importantes fortalezas que pueden ayudar a desarrollar su sector. Son fortalezas la diversidad cultural de Navarra, la tradición de asociacionismo cultural (especialmente fecunda en la generación de entidades artísticas), una sociedad civil rica en iniciativas, la existencia de tres universidades, el nivel cultural de la población (que es el más elevado de la historia), la riqueza lingüística (castellano y euskera) y el interés ciudadano por la cultura propia e identitaria. La llegada de inmigrantes también debe ser considerada una fortaleza puesto que puede enriquecer el actual panorama creativo.
La sociedad navarra es opulenta, hay sectores con alto poder adquisitivo y las encuestas señalan que el porcentaje de gasto en cultura respecto a otras opciones de ocio es algo más elevado en Navarra que en otras regiones de España.
El sector considera que es una fortaleza el tamaño de Navarra, que sea una comunidad autónoma uniprovincial y tenga una extensión geográfica comparativamente pequeña. Ello permite planificar mejor, conocer bien el territorio, aplicar políticas homogéneas, conocer mejor a los públicos, poder implantar con facilidad nuevas metodologías, contactar entre sí a los artistas de una misma disciplina, también contactarlos con los de otras disciplinas para generar nuevas sinergías y conectar las artes.
Se subraya que la cultura y las artes, y muchas de las entidades que la realizan en Navarra, tienen buena imagen entre la población, que considera que se deben destinar recursos a ellos. En este sentido, se destacó la buena acogida que tiene en la opinión pública que las entidades cuando reclaman más recursos o que se mantengan los existentes y no se vean recortados. Hay entidades que han proyectado una buena imagen en el exterior, lo que sin duda es una fortaleza.

La creatividad de los artistas y elencos es una de sus fortalezas.

Son fortalezas los nuevos equipamientos abiertos, que se han sumado a los existentes: hay ya una red de casas de cultura modernas y con instalaciones bien dotadas, auditorio, bibliotecas...

También hay recursos humanos de calidad: el personal técnico en general está formado y es cualificado, ha demostrado tener una vocación de servicio evidente.

Se considera una fortaleza la abundancia de medios comunicación en Navarra y los elevados índices de lectura de prensa, que hacen que cualquier iniciativa cultural pueda ser publicitada con relativa facilidad y llegue con facilidad a su público objetivo.

El patrimonio arquitectónico con que cuenta Navarra y sus museos.


AMENAZAS.

Ahora mismo, la principal amenaza que ve el sector es la crisis económica internacional y local, que está llevando aparejado un recorte presupuestario, lo que pone en riesgo la estabilidad de muchas organizaciones culturales y la posibilidad de que las más débiles desaparezcan. Hay un temor a que cambien las “prioridades” en las Administraciones en favor de alguna inversión concreta (el nuevo museo de los Sanfermines) o a otras alternativas dirigidas al ciudadano, como el deporte o actividades con más contenido social que cultural, que pueden ser más populares. En este sentido, los creadores manifiestan un temor a que cambien la percepción de la cultura y pase de ser un derecho y un requisito imprescindible para el desarrollo humano y se vea como un “lujo”, del que por tanto se puede prescindir.
En el marco de la preocupación generalizada de los creadores por los públicos (llegar a ellos, que aumenten, que se incorporen a los jóvenes), el sector ve como una amenaza clarísima el recorte de las horas lectivas de las disciplinas artísticas en la educación obligatoria, y apunta que reducir horas de música y plástica, y no incorporar como extraescolares otras como teatro, puede ser nefasto a medio y largo plazo.
Se considera una amenaza para la acción cultural que el Gobierno de Navarra comparta su administración siempre con otros sectores. Fue Departamento de Educación y Cultura y, en la actualidad, de Cultura y Turismo. Se considera que en la actualidad, el equipo directivo del Departamento prioriza el turismo.
El cambio tecnológico puede ser una amenaza para las bibliotecas, si no se incrementan las partidas para hacer frente a él, a las nuevas demandas de los usuarios, y no hay más sensibilidad de los alcaldes hacia estos espacios de cultura. También se considera una amenaza la pérdida del prestigio social de la lectura frente a otras formas de acercarse a la realidad. En otros campos, se apunta que la concentración de distribución de redes digitales y la disolución de los derechos de autor es una amenaza clara para el sector.
La cultura entendida como espectáculo, como un recurso fácil del político para salir en la foto o apuntarse un tanto de carácter populista.

El sector ve como amenazas muy concretas:

- el futuro museo del encierro y los Sanfermines, puesto que su construcción detrae recursos directamente de la acción cultural del Gobierno de Navarra, y proyecta una imagen de la región más relacionada con la fiesta que con las artes.
- la política de Caja Navarra, que ha renunciado al liderazgo cultural en la región que tuvo hace décadas con resultados catastróficos en artes plásticas y otros sectores, además de generar dinámicas perversas.
- que el precio del producto artístico y no su calidad siga siendo clave para la contratación.
- la facilidad con que son programados los artistas foráneos en Navarra, frente a la dificultad que tienen los de aquí para actuar en otras regiones, que imponen cuotas públicas o “secretas”.



OPORTUNIDADES.

La progresiva transformación de Navarra hacia una sociedad de servicios en la que se difunde que el sector cultural es generador de riqueza, atrae turismo, genera recursos y crea puestos de trabajo.
Serán fortalezas cuando estén en marcha, pero ahora se ven como oportunidades, algunas infraestructuras en construcción promovidas por el Gobierno de Navarra que van a permitir ordenar la actividad: Biblioteca General de Navarra de nueva planta, Ciudad de la Música, INAAC para la promoción del audiovisual cuando esté totalmente consolidado, etc.
Se han consolidado modelos mucho más ágiles para la acción cultural desde las Administraciones: fundaciones, empresas públicas sujetas a derecho privado, etc. que se podrían implantar en el Gobierno de Navarra para agilizar y rentabilizar sus programaciones, porque se entiende que en la sociedad actual hay que eliminar la acción cultural de las constricciones del funcionariado.
Existen herramientas participativas de planificación (como la Agenda 21 de la cultura) que han sido experimentadas con éxito y se podrían implantar en Navarra.
Las nuevas tecnologías de la información permiten a los creadores y entidades intercambios más fáciles, comunicaciones menos costosas, llegar a nuevos públicos, superar lo local, incorporarse a redes sociales...
Se han buscado con éxito nuevos ámbitos donde los artistas (actores de teatro, músicos, etc.) pueden exhibir su talento y aplicar sus conocimientos: el ocio (visitas guiadas), políticas de igualdad, presentaciones comerciales, cursos para hablar en público y otras habilidades para ejecutivos, enseñanzas artísticas con contenido terapéutico para personas con discapacidad, etc.), y es un campo que tiene muchas posibilidades de crecimiento.
La crisis económica se ve como oportunidad para, en un momento de recursos limitados, priorizar programas y acciones.
Es una oportunidad para mejorar que, por primera vez, un partido político como el PSN, haya decidido generar mesas de trabajo y contacto como la celebrada para conocer de primera mano las preocupaciones, necesidades y demandas del sector cultural, y además fuera del periodo electoral, y además con compromiso claro de analizar las demandas y, las que lleve al programa electoral, realizarlas.
Relator de la Jornada, Víctor Iriarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario